Había una cabra que vivía en lo alto de una montaña. Un día, la cabra decidió bajar al valle en busca de comida, pero para hacerlo tenía que cruzar un río. Al llegar al río, se dio cuenta de que el agua estaba muy caudalosa y no podía cruzarlo.
Mientras la cabra estaba preocupada y buscando una solución, apareció un lobo astuto. El lobo se acercó a la cabra y le dijo: “¡Hola, amiga cabra! ¿Por qué estás tan preocupada?”
La cabra respondió: “Hola, lobo. Quiero cruzar el río para encontrar comida, pero el agua está muy fuerte y temo ser arrastrada por la corriente.”
El lobo, con una sonrisa maliciosa, dijo: “No te preocupes, tengo una idea. ¿Por qué no te subes a mi espalda? Yo te llevaré al otro lado del río de forma segura.”
La cabra, agradecida por la oferta, subió a la espalda del lobo. Pero justo cuando el lobo estaba cruzando el río con la cabra, empezó a decir cosas malas y amenazadoras. “¡Mira qué tonta eres, cabra! Ahora serás mi cena.”
La cabra, asustada, se dio cuenta de la astucia del lobo. Rápidamente, pensó en una solución para escapar. “¡Espera, lobo!”, exclamó la cabra. “No te apresures. Si quieres disfrutar de un delicioso banquete, deberías esperar un poco más”.
El lobo, intrigado, preguntó: “¿Por qué debería esperar?”
La cabra respondió: “Porque si esperas un poco más, podré comer más hierba fresca y estaré más gorda. Así que tendrás una cena mucho más deliciosa si me esperas”.
El lobo pensó que era una idea inteligente y decidió esperar. Entonces, la cabra aprovechó la oportunidad para escapar de la espalda del lobo y corrió rápidamente hacia el otro lado del río. Una vez a salvo, miró al lobo y le dijo: “Nunca confiaré en alguien como tú”.
El lobo se sintió engañado y aprendió una lección importante. La cabra entendió que no se debe confiar en aquellos que intentan engañarnos, y que siempre debemos ser astutos y pensar con inteligencia para mantenernos a salvo.
Así termina la fábula “El Lobo y la Cabra”, que enseña a los niños sobre la importancia de ser precavidos y no dejarse engañar por aquellos que quieren aprovecharse de nosotros.